Sus habitantes creían que el verdadero progreso comenzaba dentro de cada persona. Por eso, su idioma veneraba el sonido “U”, un símbolo sagrado que representaba la idea de uno mismo, you, el origen de toda transformación.

Tomás Moro, cuentan los relatos secretos, escuchó rumores de Uttobia en viejas crónicas de marineros y comerciantes. Inspirado por esa ciudad legendaria —donde el equilibrio entre sueños y acción era posible—, comenzó a imaginar su propia Utopía. Pero, incapaz de reproducir el verdadero espíritu de Uttobia, optó por crear una versión idealizada y adaptada a su tiempo.

Uttobia desapareció un día, envuelta en neblinas eternas, para proteger su esencia. Sin embargo, su legado sigue vivo en quienes creen en la posibilidad de reinventarse, en quienes buscan construir futuros audaces y amables.

Hoy, cuando alguien pronuncia Uttobia, sin saberlo, revive la memoria de esa ciudad mítica, recordándonos que los límites solo existen en nuestra mente y que el cambio siempre comienza en you, “U“.